lunes, 22 de diciembre de 2008

El Inicio

Días antes de entrar al internado creí que sería una oportunidad para reenamorarme de la profesión... tras solo una semana, veo que lejos de mis ideas romanticas, estoy ante el reto de confirmar mi vocación.

El Hospital al que ingrese fue la segunda entre mis opciones... decimás me separaron del hospital al que quería ingresar, así es en esto... una décima marca la diferencia. Nos entrenan para competir desde el día en que entramos a la facultad a presentar el examen de admisión... una vez dentro, la selección de grupos basada en el promedio descendente comienza a marcar la carnicería... y por si fuera poco, no faltó el catedratico que amenazo con reprobar a los 10 más bajos del grupo... y lo cumplío, ni a tu mejor amigo le querías pasar una sola de las respuestas de sus examenes, que por cierto eran diarios, tres preguntas antes de empezar la clase. Y ni que decir del tan temido examen nacional de residencias, donde casi 30,000 aspirantes se caníbalean aferrandose a cualquier medio, honesto o no para obtener una de las 3,000 plazas (por decir algo).

El internado no hiba a ser la excepción... y el hospital con el que soñe el último año de carrera se me escapo de las manos... todos quieren entrar al seguro social, son tantos los pacientes que terminas aprendiendo por osmosis... o al menos es lo que dicen.

Acercandose la fecha de selección de grupo y tras sondear a mis compañeros, resignada ante la idea de no alcanzar lugar en el hospital que quería me trate de autoconvencer de por que mi segunda opción pudiera ser mejor que la primera. Debo ser muy buena debatiendo pues logre vencer mis propios argümentos... "hasta la chica de limpieza puede diagnósticar y tratar una neumonía" aprendiendo de la manera técnica, viendo y escuchando... el hospital al que yo ingresaría me daría la oportunidad de aprender de manera ciéntifica, pues tendría algo que los internos del Seguro Social no tienen, tiempo para estudiar en el libro los pacientes que tengo en la realidad... que aunque tras esta semana me he dado cuenta no es mucho, al menos ya es algo, y bien aprovechado, algo puede ser bastante.

El hospital en el que me encuentro tiene todas las especialidades incluyendo Terapia Intensiva, posee su propio tomografo, realiza endoscopias, en fin... hay mucha tela de donde cortar.

Tras esta primera semana de internado mis ojeras se han empezado a marcar, lo cual a pesar de lo inmensamente vanidosa que soy no me incomoda en lo más mínimo, mi sueño empieza a hacerse cada vez más ligero... y mi vocación se pone cada vez más en duda.

Entre los médicos que solo van a dormir a la guardia, por desgracia la mayoría... los que pasan visita de 3 min. en cada cama firmando sin leer las notas de los internos, que ya muy diestros a su escuela tambien han explorado en 3 min. a los pacientes escribiendo de manera mecánica "buena hidratación y coloración de mucosas y tegumentos, abdomen blando depresible, sin visceromegalias palpables, cardiorespiratorio sin fenomenos aparentes"... siendo que el paciente al que solo se límitaron a preguntar si tenía dolor estaba deshidratado, con ascitis y estertores crepitantes.... me voy dando cuenta de por que el respeto que antes se le tenía al médico se ha perdido... ellos mismos se lo perdieron primero a su profesión.

Mi primer encuentro con la muerte fue justo en la segunda guardia... fue algo hermoso, no encuentro otra palabra para describirlo. El paciente, un anciano de 87 años de edad, comenzo a boquear como pecesito, corrí las cortinas y me quede junto a el, acompañandole mientras partía... y aunque se que sonara demasiado cursi recorde unas palabras que escuche en Titanic, cuando Jack le decia a Rose que "moriria viejita y calientita en su cama"... así que lo cobije, y le sobe los brazos, y me límite a escuchar con el estetoscopio como su corazón se hacia cada vez más lento hasta que finalmente se detuvo. Después del electro de rutina a su cadaver, le cerre la boca, retire la mascarilla de oxígeno y lo acomode en su cama de tal manera que la familia entrara a despedirse de el sin impresionarse tanto. Me tome el atrevimiento de dar la noticia a los familiares... creo que lo hice bien, me base en las recomendaciones de una conferencia sobre tanatología donde se hablo de como dar ese tipo de noticias.

Así como hay malos médicos, los hay muy buenos... el que más me ha impresionado es al que llamaremos Dr.Palacios... pero en otra ocasión hablaremos de el, es tarde, tengo que estudiar y mañana me toca mi tercera guardia.

4 comentarios:

  1. holaaaaaaaaaaaaaa
    yo tambien quiero ser medico
    y me encanta tu block
    en verdad es fantastico........... felicitaciones

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  2. Hola...tengo un mes 5 días y la verdad como tu dices, ahi días que amas tu profesión y otros en los que quieres tirar la toalla, me encanta tu blog y me identifico muchisimo ;)

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  3. Me da mucha tristeza esto que dices, porque no hiciste NADA, solo te quedaste mirando y aprendiendo la "historia natural de la muerte?", te tuviste que comprometer más activando el sistema de emergencia e iniciando RCP inmediatamente, que poco preparada, es preferible que no andes comentando estos casos porque haces ver mal a todos los interno y a los que apenas vamos a ser internos, y peor porque quedas mal tu y no solo ante el paciente sino ante todo el publico que lee tus vivencias.
    Saludos

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    1. Lo siento tal vez sea solo yo pero me parece que como dices apenas entrarás al servicio, la atención a emergencia nos es solo correr y salvar vidas si no también dar calidad de muerte, desgraciadamente cómo nuevo ingreso siempre estamos entusiasmados con salvar vidas y con "ayudar" y muy poco nos tomamos el tiempo de ver a nuestros pacientes como es personas que necesitan no solo de cuidado si no también de atencion, la muerte de su paciente puede que también haya sido preescrita o seleccionada por los familiares.
      Te pido tengas respeto a las acciones de los demás, ya lo entenderás cuando te toque a ti.
      Saludos

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