sábado, 27 de diciembre de 2008

LAS SONDAS

¿Qué hace un médico Interno de Pregrado?



Básicamente somos carne de cañon... hacemos el trabajo que a nadie le gusta... notas de ingreso, historias clínicas, certificados de defunción, poner sondas de todo tipo, hacer curaciones... en especial esas últimas dos.

Las notas de Ingreso, notas de evolución e historias clínicas no son algo de lo que me queje, al contrario... me gusta meterme en el caso del paciente y dar un diagnóstico para mi misma, y esperar ansiosa a que el médico de base pase visita para ver que tan perdida ando en mis conclusiones... me ayuda a hacerme más clínica y más científica, pues me hacen pensar y moverme a estudiar más. Las curaciones me relajan... las hago sentada junto a la cama del paciente, y mientras tallo esa pus y necrosis mi mente descansa un momento... siempre me digo: deja que el Isodine se lleve tus problemas.

Aun no me toca atender algun parto, pero es de las cosas que se, me gustaran más... me encanta entrar a cirugía, aunque ya me he desmallado un par de veces por la hipoglucemia, suelo estar en ayuno todos los días hasta los 2 de la tarde... a veces hasta las 6... el trabajo es mucho, y dejarlo botado por ir a comer no parece una razón valida.

Solo hay una cosa que odio del Internado, solo una.... LAS MALDITAS SONDAS FOLEY

... después de un día extenuante cuando al fin después de calmar a la pacientita de edad que de noche se altera con sus familiares, después de recetar algún analgesico al pacientito post operado que no soporta el dolor (mientras el médico de base duerme esperando solo ser "molestado" para emergencias de grado mayor) de hacer interrogatorios de ingreso en plena madrugada, de realizar maniobras de RCP y hacer el electro de rutina y certificado de defunción de un paciente, que el médico solo firmara... cuando al fin, a las 4 pm mi cabeza toca la almohada, llama a la puerta alguna enfermera desconsiderada diciendo: "Medico Interno, se le necesita en Urgencias".... y hay vaz tu, corriendo por el pasillo, con tu vocacion en la mano y sintiendote heroe con la bata volando tras de tí como si fuera capa, hay vaz dispuesto a poner todo tu empeño y exprimir el poco o mucho conocimiento adquirido en la carrera en ese momento, despeinado, cansado y con la cara hinchada


-¿Qué sera?- Te vaz preguntando - Quiza le ayudare al Urgensiologo a Intubar un Paciente, tal vez es una Paciente que va a dar a luz y el ginécologo esta ocupado en una cesárea, quiza tenga que suturar una herida...

Y cuando al fin llegas, con todas las ganas con las que llegan los nuevos, tras el que hasta ese momento ha sido el día más pesado de tu vida (pero no sera el más pesado de la semana) y como cubeta de agua helada te dice la Enfermera: La paciente de la cama "tal" necesita una sonda foley... y complentamente enchinchada por dentro, queriendole decir a la Triste enfermera que su dichosa guardia de 8 a 8 "cansadisima", por la que por cierto le estan pagando, no es nada comparando con estar ahí desde las 7 de la mañana y que mientras ella se hira a su casa a descansar a las 8 am, nosotros seguiremos hasta la tarde... queriendole decir que una sonda foley la sabe poner con su mano izquierda y la derecha amarrada al talón, que pudo haberme dejado descansar un poco siendo que ella tiene casi vacio el departamento, queriendole decir que me duele la cabeza, tengo hambre, estoy cansada... solo sonrío, me esmero por no lastimar al paciente más de la cuenta y ser lo más aséptica posible, pues aunque sea solo una triste y miserable sonda... para ese paciente, en ese momento, no hay cosa que importe más en el mundo que esa sonda, me pongo en su lugar me trago mi coraje, y como si fuera la operación más delicada le paso 10 ml de gel con una jeringa por la uretra para aminorizar el dolor... se que no lo agradecera, se que no esta consciente de las cosas que pasan por mi cabeza, de mi cansancio, de las ganas de llorar que me dan cada vez que escucho en la puerta de mi cuarto "Médico Internoooo" y bajo a ver que la tremenda emergencia es poner una simple y llana sonda siendo que mi cuerpo ya no aguanta más.

La vida de un Interno sería mucho menos frustrante quitando las Sondas Foley Nocturnas como parte del trabajo.

¿Quién dice que no existe la esclavitud en México?... no, nadie nos obliga... pero no hay otra manera de obtener el título.

Estoy de post-guardia tengo sueño y huelo a rayos... me dare un bañito y al fin a descansar.

lunes, 22 de diciembre de 2008

El Inicio

Días antes de entrar al internado creí que sería una oportunidad para reenamorarme de la profesión... tras solo una semana, veo que lejos de mis ideas romanticas, estoy ante el reto de confirmar mi vocación.

El Hospital al que ingrese fue la segunda entre mis opciones... decimás me separaron del hospital al que quería ingresar, así es en esto... una décima marca la diferencia. Nos entrenan para competir desde el día en que entramos a la facultad a presentar el examen de admisión... una vez dentro, la selección de grupos basada en el promedio descendente comienza a marcar la carnicería... y por si fuera poco, no faltó el catedratico que amenazo con reprobar a los 10 más bajos del grupo... y lo cumplío, ni a tu mejor amigo le querías pasar una sola de las respuestas de sus examenes, que por cierto eran diarios, tres preguntas antes de empezar la clase. Y ni que decir del tan temido examen nacional de residencias, donde casi 30,000 aspirantes se caníbalean aferrandose a cualquier medio, honesto o no para obtener una de las 3,000 plazas (por decir algo).

El internado no hiba a ser la excepción... y el hospital con el que soñe el último año de carrera se me escapo de las manos... todos quieren entrar al seguro social, son tantos los pacientes que terminas aprendiendo por osmosis... o al menos es lo que dicen.

Acercandose la fecha de selección de grupo y tras sondear a mis compañeros, resignada ante la idea de no alcanzar lugar en el hospital que quería me trate de autoconvencer de por que mi segunda opción pudiera ser mejor que la primera. Debo ser muy buena debatiendo pues logre vencer mis propios argümentos... "hasta la chica de limpieza puede diagnósticar y tratar una neumonía" aprendiendo de la manera técnica, viendo y escuchando... el hospital al que yo ingresaría me daría la oportunidad de aprender de manera ciéntifica, pues tendría algo que los internos del Seguro Social no tienen, tiempo para estudiar en el libro los pacientes que tengo en la realidad... que aunque tras esta semana me he dado cuenta no es mucho, al menos ya es algo, y bien aprovechado, algo puede ser bastante.

El hospital en el que me encuentro tiene todas las especialidades incluyendo Terapia Intensiva, posee su propio tomografo, realiza endoscopias, en fin... hay mucha tela de donde cortar.

Tras esta primera semana de internado mis ojeras se han empezado a marcar, lo cual a pesar de lo inmensamente vanidosa que soy no me incomoda en lo más mínimo, mi sueño empieza a hacerse cada vez más ligero... y mi vocación se pone cada vez más en duda.

Entre los médicos que solo van a dormir a la guardia, por desgracia la mayoría... los que pasan visita de 3 min. en cada cama firmando sin leer las notas de los internos, que ya muy diestros a su escuela tambien han explorado en 3 min. a los pacientes escribiendo de manera mecánica "buena hidratación y coloración de mucosas y tegumentos, abdomen blando depresible, sin visceromegalias palpables, cardiorespiratorio sin fenomenos aparentes"... siendo que el paciente al que solo se límitaron a preguntar si tenía dolor estaba deshidratado, con ascitis y estertores crepitantes.... me voy dando cuenta de por que el respeto que antes se le tenía al médico se ha perdido... ellos mismos se lo perdieron primero a su profesión.

Mi primer encuentro con la muerte fue justo en la segunda guardia... fue algo hermoso, no encuentro otra palabra para describirlo. El paciente, un anciano de 87 años de edad, comenzo a boquear como pecesito, corrí las cortinas y me quede junto a el, acompañandole mientras partía... y aunque se que sonara demasiado cursi recorde unas palabras que escuche en Titanic, cuando Jack le decia a Rose que "moriria viejita y calientita en su cama"... así que lo cobije, y le sobe los brazos, y me límite a escuchar con el estetoscopio como su corazón se hacia cada vez más lento hasta que finalmente se detuvo. Después del electro de rutina a su cadaver, le cerre la boca, retire la mascarilla de oxígeno y lo acomode en su cama de tal manera que la familia entrara a despedirse de el sin impresionarse tanto. Me tome el atrevimiento de dar la noticia a los familiares... creo que lo hice bien, me base en las recomendaciones de una conferencia sobre tanatología donde se hablo de como dar ese tipo de noticias.

Así como hay malos médicos, los hay muy buenos... el que más me ha impresionado es al que llamaremos Dr.Palacios... pero en otra ocasión hablaremos de el, es tarde, tengo que estudiar y mañana me toca mi tercera guardia.